La Comisión Europea propone revisar la normativa comunitaria sobre el bienestar animal. En especial, quiere fijar la atención en la prohibición de las jaulas en la producción de carne de conejo, cerdo y pollo. Y es que es la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, dependiente de la Comisión, la que quiere aprobar la Normativa Europea Reguladora del Modelo de Producción de Carne, que exigiría no exceder los 11 kilos por metro cuadrado en las granjas de pollos. Desde la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos, COAG advierten: la nueva normativa podría triplicar los precios de los pollos y cada granja perdería entre un 40% y un 50% de su producción total.
En Capital Radio salimos a la calle a preguntar a nuestra audiencia: ¿Le parece justo pagar más por los productos cárnicos para que los animales tengan una mayor calidad de vida? ¿Llegará a considerarse el pollo un producto de lujo? ¿Estarían dispuestos a llegar a hacerse vegetarianos por el bien del planeta?
Escucha el A pie de calle de Mercado Abierto con Alejandra Gómez y Pedro Díaz:
Las exigencias que impodría a los productores la nueva Normativa Europea Reguladora del Modelo de Producción de Carne podría encarecerá la carne
Avianza, la Asociación Interprofesional de Carne Avícola, aunque considera que los productores son los primeros interesados en que los animales estén bien todo el tiempo, defiende que la nueva norma encarecería demasiado el precio del pollo.
Producción vs. Sostenibilidad
El debate entre la producción y consumo de carne y la sostenibilidad lleva tiempo sobre la mesa. La FAO, Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, aconseja consumir como máximo 300 gramos de carne a la semana y, por su parte, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición reduce la cifra a la mitad.
Pero lejos de estas recomendaciones, el Informe del Consumo Alimentario en España 2022 concluye que cada persona consume casi 40 kilos de carne al año, más de 750 gramos semanales.
Y al margen del coste económico está la huella ambiental. Según National Geographic, el sector alimentario causa entre el 20% y el 40% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero. En general, los productos animales producen entre 10 y 50 veces más gases de efecto invernadero que los vegetales.