El presidente de Francia, Emmanuel Macron, acaba de llegar a China. Una visita de Estado del primer dirigente europeo que viaja a ese país asiático después de que el presidente chino, Xi Jinping, haya obtenido un nuevo mandato de cinco años al frente del Partido Comunista.
Macron ha empezado la visita en la ciudad de Xian,que acoge los famosos guerreros de terracota en el mausoleo del emperador Qin Shi Huang. El presidente galo espera convencer a su homólogo Xi Jinping, de que ofrezca más garantías de apertura comercial a la Unión Europea.
Macron viaja acompañado por una amplia delegación empresarial con la que espera reequilibrar las relaciones con China ya que Francia tiene un déficit con ese país de 30.000 millones de euros, el mayor de su comercio exterior.
La "reciprocidad" que postula el jefe del Estado francés se tiene que concretar en "el acceso al mercado chino" en condiciones de competencia más justas.
El pasado jueves, en su discurso de año nuevo al cuerpo diplomático en París, Macron consideró que uno de sus logros desde que llegó al cargo en mayo pasado es el comienzo de reforma de la política comercial europea -"el fin de la ingenuidad"- porque "ninguna potencia en el mundo tiene el mismo enfoque".