La intervención y posterior compra del Banco Popular por parte del Banco Santander es “una buena salida” para la entidad “dada la situación a la que había llegado en las últimas semanas”, según el Ministro de Economía, Luis de Guindos. Destaca que es la primera ocasión en que las autoridades europeas toman el control de una entidad, un acuerdo realizado en el nuevo marco sobre resolución bancaria con total transparencia y en cumplimiento de la normativa comunitaria.
La operación implica “la máxima protección a los depositantes y la continuidad de la actividad”, según de Guindos, eso es lo más importante: “pensar en los depositantes y ahorradores” y no tanto en los accionistas. El titular de Economía destaca que “los depósitos en el Popular están más garantizados que antes, porque forman parte de un grupo que es muy sólido, el Santander”.
Además, la operación no implica –como se temía hace unas semanas– la dedicación de fondos públicos, por tanto no habrá que desembolsar dinero del contribuyente y la operación es totalmente “privada”. Tampoco se produce “un eventual contagio entre riesgo soberano y bancario, como ocurrió en épocas pasadas”, señala Luis de Guindos, ya que “la situación actual es muy diferentes a la del año 2012”.
El ministro considera que “la caída del precio de la acción lo que ponía de manifiesto es que el principal activo que tiene un banco, que es la confianza, en el caso del Popular se estaba perdiendo”. Tras la intensa salida de depósitos en las últimas semanas (18.000 millones de euros según Reuters) “llega un momento en que si un banco no tiene liquidez no puede abrir al día siguiente” dice de Guindos.