La economía de México depende en gran medida de Estados Unidos a través del comercio y las inversiones y, en menor medida, de las remesas y la inmigración. Crédito y Caución recuerda que “la retórica proteccionista de Washington se dirigió específicamente a México” en 2016 pero, desde enero “la Administración estadounidense parece adoptar un enfoque más tradicional y pragmático de la política comercial”. El escenario base del informe se centra en una previsión: “Esperamos que la política más ortodoxa se mantenga, pero la incertidumbre permanece”. El comercio con Estados Unidos supone el 80% de las exportaciones mexicanas y el 26% del PIB. El informe recuerda que, debido a “las cadenas de valor altamente integradas entre Estados Unidos y México, algunas grandes compañías estadounidenses también se verían afectadas negativamente” ante un cambio de política comercial, lo que “disuade a la Administración de imponer tarifas penalizadoras”.
Respecto a la inversión extranjera, el informe recuerda que, en el marco del NAFTA, México se ha beneficiado de flujos significativos, provenientes en más del 40% de Estados Unidos. El estudio prevé que la incertidumbre en torno a la renegociación del tratado de libre comercio de América del Norte afecte a estos flujos de inversión a corto plazo pero espera que su fortaleza se recupere a medio plazo “Los posibles aranceles de importación de Estados Unidos podrían hacer que algunos fabricantes, especialmente en los sectores de automoción y electrónica, cierren sus puertas. Sin embargo, muchas empresas estadounidenses que fabrican en México están exportando a otros países no estadounidenses, por lo que no es probable que se vean obstaculizadas por los impuestos fronterizos estadounidenses”, explica.
En cuanto a las remesas enviadas por trabajadores mexicanos en el extranjero al país, estas representan más de 25.000 millones de dólares, la mayor cifra del mundo. “Los obstáculos a estas transferencias, como un posible impuesto estadounidense, disminuirían las remesas, perjudicando la confianza de los consumidores y el consumo privado. Sin embargo, el efecto sobre la economía total sería limitado, ya que las remesas representan sólo el 2,2% del PIB mexicano. Además, la depreciación del peso ha incrementado significativamente el valor de las remesas en dólares”.
Las perspectivas a corto plazo para México siguen siendo débiles y altamente vulnerables a los cambios en Estados Unidos, pero el escenario base de Crédito y Caución no contempla un fuerte deterioro de su economía. “El país está bien situado para lidiar con la incertidumbre, mientras que la integración de la cadena de suministro con los Estados Unidos y su estrecha integración con las principales economías globales sirven como amortiguador. Esto debería ayudar a asegurar un sólido crecimiento en México a medio y largo plazo. A mediano plazo, también esperamos que la dependencia del comercio con Estados Unidos disminuya a medida que México fortalezca los lazos con la Alianza del Pacífico, el Mercosur y la Unión Europea, además de otros 12 acuerdos de libre comercio con 46 países”.