El año pasado, los estadounidenses consumieron 9.000 millones de hamburguesas.
Esto significa que cada persona en EEUU comió, de promedio, una hamburguesa cada dos semanas. Es uno de los datos curiosos que nos deja la firma NPD. Esta gran cantidad de hamburguesas consumidas supone un incremento del 3% en comparación con el año anterior.
El éxito de la hamburguesa es especialmente asombroso dado que el crecimiento en servicios de comida fue horizontal en 2014. De ahí extraemos que este triunfo se ha producido por una combinación de factores. Uno de ellos, que las cadenas de comida rápida han ido incorporando nuevas hamburguesas. Además, otros establecimientos, restaurantes más informales, añadieron hamburguesas en sus menús para contrarrestar los elevados costes de la carne de vacuno. Y otro factor primordial: los americanos adoran las hamburguesas.
Los estadounidenses consumen más hamburguesas y menos sándwiches. El consumo de los sándwiches ha caído un 2% en 2014, en comparación con el 2013. Esta disminución supone una pérdida de 201 millones de unidades.
La hamburguesa se ha impuesto sobre el sándwich de pollo a la parrilla, su gran rival, que ha caído un 9%, una pérdida de 129 millones de unidades. Por otra parte, los estadounidenses siguen demostrando su amor por la pizza, cuya demanda sigue creciendo.