En 2016, la economía española ha batido las expectativas de organismos y expertos realizadas a comienzos del año pasado, impulsada por varios vientos de cola: el precio del petróleo barato, la caída del euro frente al dólar, el impulso del sector turístico y las exportaciones, y las compras de deuda del Banco Central Europeo y su política de tipos bajos, lo que ha permitido a España colocar su deuda a mínimos históricos.
Con este avance de siete décimas trimestrales, el mismo porcentaje que en el periodo precedente, se acumulan ya trece trimestres de crecimientos aunque se percibe cierta desaceleración en la segunda mitad del ejercicio. Entre enero y marzo y entre abril y junio la economía española creció un 0,8%, mientras que entre julio y septiembre lo hizo un 0,7%.
Por su parte, la tasa interanual del PIB se sitúa en el 3% en el cuarto trimestre del año, dos décimas menos que en el periodo anterior. La economía española acumula doce trimestres en positivo, es decir, encadena el tercer año consecutivo de crecimiento y recupera gran parte de la actividad perdida durante la crisis. Para 2017, se espera una moderación del PIB hasta el 2,5%.