Pavel Gómez del Castillo, Responsable Comunicación de Crédito y Caución, ha presentado el último informe de la compañía en el que intenta poner sobre la mesa la brecha que crece en cuanto a competitividad entre Estados Unidos, EEUU, y Europa en el sector químico.

La clave es el incremento de los costes energéticos de Europa por eliminar la dependencia del gas ruso y que ahora se importa de EEUU, Noruega o del Norte de África. Prevé que vaya a tener un impacto en productos clave como amoniaco o fertilizantes, sobre todo en los químicos base que luego influyen en los más elaborados.

Destaca el informe que prevén que la inversión en el sector se vaya a incrementar en el entorno del 2,5% a nivel mundial pero en Europa será solo del 1,5% frente a cerca del 4% en Estados Unidos lo que incrementará esa brecha.

Escucha todas las claves que nos ha dejado Pavel Gómez del Castillo:

Crédito Caución: Brecha en el sector químico

Pavel Gómez del Castillo, Responsable Comunicación de Crédito y Caución, presenta el último informe sobre las diferencias entre EEUU y Europa en este sector.

La influencia del gas ruso

La industria química mundial se encuentra en una encrucijada. El último informe difundido por Crédito y Caución alerta de la brecha creciente entre Europa y Estados Unidos en el sector químico. Una de las principales razones que explican esta divergencia tiene que ver con los profundos cambios que están sufriendo las fuentes energéticas de la Unión Europea.

El gas ruso apenas supuso el 8% de las importaciones en 2023 cuando en 2021 pesaba un 40%. El sector químico estadounidense disfruta de un acceso constante al gas natural a precios competitivos. En cambio, Europa depende del gas natural licuado (GNL) más caro y volátil, que importa de Estados Unidos y Noruega, con suministros adicionales del norte de África, Qatar y Reino Unido.

De cara al futuro, Europa se enfrenta a una importante pérdida de competitividad en productos clave como el amoníaco y los fertilizantes. Los costes energéticos encarecen directamente la producción de químicos básicos e impactan en los productos químicos más especializados derivados de los químicos básicos. El uso de nafta en Europa y Asia para la producción también coloca al sector en una situación de desventaja competitiva a largo plazo frente a Estados Unidos.

Las perspectivas de inversión en productos químicos en Estados Unidos son significativamente superiores a las de Europa y el resto del mundo, con tasas de crecimiento para la próxima década estimadas del 3,8% anual.

Las previsiones de Crédito y Caución para Europa son mucho más bajas, del 1,5%, por detrás de la estimación para el mundo del 2,5%. La brecha es aún mayor si examinamos solo las inversiones en productos químicos básicos. Estas crecerán en el entorno del 4,7% en Estados Unidos, el 2,7% a nivel global y el 1,5% en Europa.

Estas tasas previstas de inversión tienen un impacto directo en las perspectivas de crecimiento del sector para la próxima década, tanto para productos químicos como productos químicos básicos. En Europa estas se limitan al 1,3% anual.

En Alemania, con diferencia el mayor productor europeo, la tasa de crecimiento interanual prevista se limitará al 0,9% y caerá al 0,8% para los productos químicos básicos, muy por debajo de las previstas en Estados Unidos, del 2,1% general y del 2,9% para los químicos básicos.

China y Oriente Medio también disfrutan de mejores perspectivas de crecimiento que Europa. La industria química china ha aumentado su capacidad en los últimos años, lo que ha favorecido su capacidad para mantener precios competitivos. El crecimiento previsto se sitúa en el 2,7% para el sector y del 2,4% para los químicos básicos.

En Oriente Medio, los fabricantes de productos químicos siguen beneficiándose del abundante suministro de petróleo, gas y materias primas químicas locales, lo que contribuye a apuntalar las sólidas previsiones de crecimiento. Se prevé que la región registre un crecimiento de la producción de productos químicos del 3,0% y del 3,1% de químicos básicos en la próxima década. El mayor crecimiento del sector en esta región se registrará en Arabia Saudí.

Las desventajas competitivas de Europa causadas por los altos precios de la energía y las materias primas no cambiarán en un futuro próximo, lo genera un riesgo de deslocalización de la industria química hacia Estados Unidos y otros países donde los costes energéticos son más bajos. Además, las empresas que no puedan repercutir en sus clientes el aumento de los costes de producción podrían tener problemas de liquidez y, a su vez, suponer un riesgo crediticio para sus proveedores.

Para afrontar este contexto, es probable que el sector se centre en aumentar su eficiencia y desarrollar nuevos productos y tecnologías para hacer frente a los retos de la transición energética, pero el mercado químico se enfrenta a una convulsión estructural que probablemente remodelará las cadenas de valor del sector durante los próximos años.

Pavel Gómez del Castillo, responsable de Comunicación de Crédito y Caución.