El resurgir de los combustibles fósiles: Texas sigue los pasos de Alemania y abre nuevas centrales alimentadas con gas natural. Paquete de 10.000 millones de dólares para construir 10 gigavatios de nuevas plantas. Una idea del magnate Warren Buffett que ahora puede acabar con los esfuerzos por la transición energética por los que guerrea Estados Unidos.
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El magnate apostó por un proyecto de ley de 10.000 millones de dólares que podría socavar la independencia energética del Estado y su transición hacia las renovables
Un asunto que nos lleva a lo peor de una tormenta, la bomba ciclónica que congelaba hace un año a Estados Unidos y dejaba decenas de muertos por temperaturas bajo cero desde Canadá hasta Texas cancelando miles de vuelos por su camino, cortes de luz y carreteras.
Un país en alerta al que Joe Biden se tuvo que dirigir tras declarar en estado de emergencia por frío gélido a Colorado, Connecticut, Georgia o Nueva York. Centenares de personas atrapadas en sus vehículos por la nieve en la ciudad de Búfalo donde tuvieron que cerrar los puentes fronterizos con Canadá.
Al sur, centenares de migrantes durmiendo a la intemperie soportando temperaturas bajo cero en la ciudad de El Paso, adonde han llegado en los últimos días tras cruzar la frontera con México. Por esta tormenta el estado sureño dio un paso adelante hace un año - de la mano de Warren Buffett - que ahora cristaliza.
Un plan de millones
Un programa de préstamos de a bajo interés para mantener las plantas de generación más antiguas. Un coste de 18.000 millones de dólares con 10.000 millones ya aprobados por el Estado a principios de mes y que pone en marcha la construcción de casi 6 gigavatios de capacidad energética “sucia” de esta zona del país.
La idea del presidente de Berkshire Hathaway fue construir plantas de energía de respaldo a cambio de un pago constante y garantizado, se utilizara o no esa energía. El Senado estatal aprobó a principios de este mes un proyecto de ley destinado a reformar el sistema energético tejano.
Bajo el Programa de Seguro de Energía de Texas - nombre que recibe esta hoja de ruta - el estado se va a lanzar a la selección de plantas de energía que servirán como respaldo en caso de emergencias.
Así funciona
Solo calificarían las plantas de energía alimentadas con gas natural con almacenamiento de combustible. Una propuesta atractiva para cualquier planta que pueda obtener la designación: dichas plantas obtendrían una tasa regulada de rendimiento sobre el capital, con un límite del 10% anual, ya sea que terminen usándose o no.
La idea es que estas unidades de respaldo solo funcionen durante verdaderas situaciones de emergencia, como la devastadora tormenta invernal Uri en 2021, y se mantengan fuera de las subastas cuando no sean necesarias.
El proyecto de ley establece que tales plantas de energía de respaldo podrán usarse para "resolver una violación real o anticipada de los criterios de seguridad de transmisión". Una frase que deja lugar a la interpretación y que podría interpretarse como una congestión del sistema, algo que sucede "cada pocos minutos”.
Los críticos, que incluyen Texas Competitive Power Advocates, un grupo de la industria que representa a los propietarios de plantas de energía en Texas, insisten que tales plantas de energía podrían socavar su propio propósito al desalentar a los nuevos generadores de renovables de ingresar al mercado competitivo.
La propuesta no es barata
Construir 10 gigavatios, el límite superior de lo que prevé el proyecto de ley, costaría alrededor de 18.000 millones de dólares. No obstante, podría haber formas más eficientes de hacer que la red sea más segura.
Un estudio del consejo estadounidense para la eficiencia energética se ha dado de bruces con la realidad: se ha dado cuenta de que Texas podría compensar alrededor de 11.4 gigavatios de carga máxima de invierno por algo menos de 5.000 millones al implementar medidas de respuesta a la demanda y eficiencia energética residencial. Texas también podría conectar su red aislada del resto del país con las de los Estados vecinos.
Las centrales eléctricas, ya sean solares, eólicas o de gas natural, suponen grandes inversiones iniciales y sus desarrolladores basan las decisiones en proyecciones a varios años vista. Incluso si estos proyectos de ley no llegan a la línea de meta, es posible que el daño ya esté hecho porque podrían comenzar a contenerse, creyendo que el gobierno podría, en cualquier momento, cambiar sustancialmente las reglas del juego.