El coronavirus Covid-19 ha cambiado nuestra vida de forma radical durante la pandemia, pero también se prevén grandes cambios de ahora en adelante. Y un ámbito que también se verá afectado es el mundo educativo. La Universidad de Harvard prepara ya la vuelta a sus clases para la era postcovid y también sus cifras económicas.
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A fin de evitar contagios y rebrotes, las clases no podrán ser como han venido siendo hasta ahora. Es además un problema que se plantea la clase educativa a nivel global. En la Universidad de Harvard, una de las más prestigiosas del mundo, ya están estudiando opciones y también haciendo números.
Desde desinfectar las clases después de cada sesión, a reducir el número de estudiantes en las aulas. Todas las opciones están ahora mismo abiertas, según ha confirmado el presidente de la prestigiosa institución, Lawrence Bacow.
No solo cambiará lo que pase en las clases, también el resto de actividades. Es posible que se cancelen algunos de los deportes que se practican en el campus.
Pero cualquier decisión es complicada y todavía no han decidido cuándo volverán los estudiantes ni bajo qué protocolos. Bacow ya ha dicho también que las clases online están funcionando bien, pero es cierto que para los estudiantes no es lo mismo.
Cifras y previsiones no muy halagüeñas
Y este parón ya lo están notando en sus cuentas. Justo hace un mes, la universidad más rica de Estados Unidos, pronosticaba que iba a registrar un déficit de ingresos de casi 1.200 millones durante dos años académicos, a causa los efectos económicos de la pandemia de coronavirus están paralizando las escuelas.
Harvard enfrenta una caída de 415 millones en ingresos anticipados para el año que finaliza el 30 de junio, y un déficit adicional de 750 millones en comparación con las expectativas presupuestadas para el año que comienza el 1 de julio.
Hacer un curso en Harvard puede costar unos 35.000 dólares al año. No obstante, hasta el 70% de los estudiantes reciben algún tipo de ayuda, por lo que el gasto medio puede ser de unos 12.000 dólares por curso.
En todo caso, la institución ya dijo que está bien preparada para soportar la crisis y la recesión. Y es que las universidades estadounidenses no son como las españolas. Allí cuentan con fondos de inversión propios para financiarse, conocidos como endowment. Y el de Harvard tiene un patrimonio de unos 40.000 millones de dólares.
Por otra parte, la institución, aunque podría, no va a recibir ayudar del gobierno. Podría haber accedido a fondos federales, por valor de 8,7 millones, que le correspondían como parte del plan de estímulo de 2 billones de dólares, que ofrece 14.000 millones en ayudas a instituciones educativas.
Pero tras recibir duras críticas, incluso por parte de Donald Trump, que dijo que no deberían aceptar la ayuda porque tienen recursos suficientes, la universidad optó por no pedirla.
Ya había tomado decisiones similares las universidades de Stanford y Princeton.
En cuanto a las universidades que sí acepten los fondos, lo hacen bajo la condición de gastar al menos la mitad de la ayuda en subsidios directos para los estudiantes.
La institución ya se había comprometido previamente a gastar toda su parte en ayudas a los estudiantes y tras rechazar los fondos federales la universidad aseguró que siguen totalmente comprometidos a proporcionar el apoyo financiero que prometieron a sus estudiantes.