La declaración incluye promesas para perseguir una reducción de armas militares, el cese de “actos hostiles”, cambiar la frontera fortificada en una “zona de paz” y buscar conversaciones multilaterales con otros países.
Los líderes de las dos Coreas han celebrado una cumbre histórica con la esperanza de conseguir la paz. El presidente del Sur ha esperado al líder norcoreano en la frontera. Kim Jong-un y Moon Jae In asistieron a una ceremonia antes de dirigirse al interior de la Casa de la Paz, donde se ha celebrado la primera parte que ha durado hora y media. Kim ha insistido en su voluntad de dialogar con sinceridad para lograr unos resultados convincentes que se compromete a cumplir.
Las escenas de Moon y Kim bromeando y juntos marcaron un marcado contraste con la serie de pruebas de misiles de Corea del Norte el año pasado y su mayor ensayo nuclear a la fecha, que condujeron a amplias sanciones internacionales y temores a un nuevo conflicto en la Península Coreana.
Durante su reunión privada, Kim dijo a Moon que llegó a la cumbre para poner fin a una historia de conflicto y bromeó que lamentaba haber mantenido despierto a Moon con sus pruebas nocturnas de misiles, dijo un oficial surcoreano.
El presidente surcoreano ha destacado que ambos tienen una responsabilidad muy grande.
El presidente de los EEUU, Donald Trump, se muestra dispuesto a adelantar la cumbre con su homólogo surcoreano. Ya que dice que se muestra esperanzado por el resultado de la reunión intercoreana y confía en cerrar una fecha cuanto antes para reunirse con el líder de Corea del Norte. Por su parte el jefe del gabinete japonés, Yoshihide Suga, ha elogiado los esfuerzos de Corea del Sur para llevar a cabo la cumbre histórica.
Según Reuters, el gobierno japonés estudia proponer una cumbre entre el primer ministro Shinzo Abe y Kim Jon Un para discutir sobre ciudadanos japoneses secuestrados por agentes norcoreanos hace décadas.