El último análisis de Goldman Sachs señala que Estados Unidos va a sufrir una ralentización del crecimiento y un aumento de la inflación como consecuencia de la variante Delta de Covid-19.
Además, los analistas recortan la previsión de crecimiento del PIB estadounidense. Lo sitúan en el 6% para final de año, por debajo de la expectativa media del consenso del 6,2% y de la anterior previsión del banco, del 6,4%.
Auguran también que la variante Delta y otras interrupciones aumentarán aún más los precios de los bienes duraderos con oferta limitada hasta fin de año. Además de los incrementos inflacionarios, recortan las previsiones de gasto del consumidor en agosto un 1%, después de que el dato de ventas minoristas cayera más de lo esperado.
De hecho, los economistas de Goldman Sachs consideran factible que el gasto en comidas, viajes y algunos otros servicios se debilite en agosto. El motivo de ello son las señales de una desaceleración en las reservas de restaurantes, viajes aéreos y actividad en los hospitales.
Política monetaria de la Reserva Federal de EEUU
Conocemos esta información tras la publicación de ayer del informe de la última reunión de la Fed, en el que planean retirar estímulos monetarios. La ralentización de compra de bonos mensuales se produciría a finales de este mismo año.
Esto, junto a las previsiones de Goldman Sachs, ha provocado la sucesión de una jornada de caídas generalizadas en las bolsas europeas. Si los precios siguen al alza en EEUU, ahora que el banco central no aplicaría más estímulos, los inversores pueden deshacer posiciones de manera agresiva en renta variable, lo que desencadenaría una corrección destacada en Wall Street y, por ende, en los mercados mundiales.