"El ecosistema de prestadores de servicios financieros casi no tiene límites, pero vamos viendo que ese mundo tiende cada vez a ser más cooperador del sector bancario que competidor", explica Uría.
La ventaja es que todo este ecosistema de mayor competición ligada la tecnología abre la puerta a un nuevo tipo de relación con el cliente basada en los datos. “La verdadera apuesta es quién va a tener los datos del cliente y quién los puede manejar, son la llave para la prestación de servicios personalizados”, señala el experto.
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A ello se suman el “tsunami regulatorio” como respuesta a la crisis financiera, donde todavía hay muchas reformas pendientes de aprobar e implementar, y la ciberseguridad, prioridad absoluta de las entidades y supervisores bancarios.