DCNS, la alemana ThysennKrupp Marine Systems y la japonesa Mitsubishi concursaron para construir a la armada australiana 12 submarinos convencionales a un costo esperado de al menos 56.000 millones de dólares australianos un total de 43.000 millones de dólares.
El primer ministro australiano, Malcolm Turnbull, asegura que a pesar de que las tres eran buenas propuestas, la de DCNS cumple totalmente con los requisitos particulares de Australia.
La victoria de la naval estatal DCNS supone un impulso para la industria de defensa de Francia pero un golpe para el primer ministro japonés, Shinzo Abe, que pretende impulsar la exportación de su empresa de seguridad. Se han quedado fuera del contrato las niponas Mitsubishi Heavy Industries Ltd., Kawasaki Heavy Industries, la alemana ThysenKrupp y la americana Raytheon.
Australia está incrementando su gasto en defensa y busca proteger sus intereses estratégicos y comerciales en Asia-Pacífico y lidiar con el creciente poder de China.
Los submarinos se fabricarán en los astilleros de Adelaida, en Australia. Esta medida generará unos 2.800 empleos.
Esta decisión además de implicaciones económicas, tiene también implicaciones políticas tanto en casa como en el extranjero. En un primer momento se esperaba que la decisión se produjese a finales de año, pero se ha acelerado el proceso. Los analistas ven en ello un intento del primer ministro de conseguir votos de cara a las próximas elecciones generales. La fecha no está confirmada aun pero se prevé que sea el próximo 2 de julio.
La propuesta japonesa parecía inicialmente la favorita en la licitación; si Mitsubishi hubiera ganado el contrato habría constituido la primera transferencia de tecnología militar de Japón desde la Segunda Guerra Mundial.