El Fondo Monetario Internacional pone las cartas sobre la mesa a la banca italiana. En su informe sobre la coyuntura económica de ese país, el FMI pide a Italia que avance en las reformas para evitar una crisis bancaria. Asegura que la economía se está recuperando gradualmente pero su crecimiento es modesto.
Se espera una deuda pública del 132,9% en 2016 y del 132,1% para 2017. El FMI advierte de que la deuda pública italiana, que se ha triplicado desde el inicio de la crisis, es una fuente de vulnerabilidad para el país, ya que en términos nominales es la más alta de la zona euro y en términos porcentuales la segunda más alta por detrás de la griega. Considera que los bancos son uno de los lastres de la economía y acaparan un tercio de toda la morosidad de la zona euro, en concreto, 360.000 millones de euros. el equivalente a un 22% del PIB italiano.
Sobre las previsiones de crecimiento del PIB italiano, el FMI estima una subida de menos del 1% en 2016 y cerca del 1% en 2017 frente al 1,1% y 1,3% estimados previamente.
Desde Washington sostienen que la volatilidad del mercado financiero, el riesgo del Brexit, la crisis de refugiados y las dificultades que genera la ralentización de la economía mundial pueden dificultar la recuperación de los bancos.
El FMI recomienda una reforma de la contratación colectiva que iguale los salarios con la productividad. Espera así mejorar la competitividad e incrementar los puestos de trabajo ya que la tasa de paro sigue siendo alta, con una estimación del 11,4% para el 2016 y un poco más baja, hasta un 10,9%, para 2017.
El organismo dirigido por Christine Lagarde sostiene que esta situación ya está provocando un aumento de las primas de interés transalpinas en el sector privado, aunque todavía disten de los exorbitantes niveles de 2012. Según el informe, unas mayores primas de riesgo tendrán consecuencias sobre las empresas más duras que en el pasado.
A pesar de ello, el primer ministro Mateo Renzi, insiste en que está más preocupado por la exposición a los derivados en bancos europeos que por los créditos morosos de la banca italiana.
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