La economía de Estados Unidos crece más rápido de lo estimado en el segundo trimestre de 2017, alcanzando su mayor ritmo de crecimiento en más de dos años, gracias al mayor gasto de los hogares y de la inversión empresarial.
El PIB crece un 3% interanual entre abril y junio, cifra revisada al alza desde el 2,6% anunciado anteriormente. Además, es un dato mejor de lo esperado y supone una clara aceleración respecto al crecimiento del 1,2% registrado entre enero y marzo. Esto implica que el crecimiento de la economía estadounidense en el primer semestre del año es del 2,1% y el Departamento de Comercio indica que el impulso económico se sostiene a principios del tercer trimestre.
El gasto del consumidor, que representa más de dos tercios de la economía del país, crece a una tasa del 3,3%, el mayor avance en un año. Sin embargo, esta mejora se produce a expensas del ahorro en un contexto de lento incremento salarial. La tasa de ahorro cae al 3,7% desde el 3,9% del trimestre precedente.
En cuanto a las empresas, destaca el incremento del 8,8% del gasto en equipos, su mayor tasa de crecimiento de los dos últimos años. La inversión en estructuras no residenciales aumenta a un ritmo del 6,2%. Y en el lado contrario, la inversión en viviendas registra su peor actuación en seis años, tras crecer a un ritmo del 6,5% en el en lugar del 6,8% estimado anteriormente.
Al PIB le acompañan hoy las cifras del mercado laboral. Según la encuesta ADP, el sector privado de Estados Unidos genera 237.000 puestos de trabajo en agosto, lo que representa un incremento de 36.000 nóminas con respecto al dato revisado del mes anterior. Es un dato mejor de lo esperado y la antesala de la tasa de paro que conoceremos el viernes.