A mi me van a perdonar, pero yo ya no puedo más y les decía que ya no puedo más porque la clase política que tenemos cada vez es más animal.
Juanma Moreno, el ahora presidente en funciones de la Junta de Andalucía es un animal de costumbres. Y agradecido. Está de campaña electoral a ver si consigue ganarlas en las urnas el próximo 19 de junio, domingo, pero a ver si gana bien, bien.
Escucha el resumen semanal completo en este podcast de El Balance:
Disputas por las elecciones en Andalucía mientras la guerra está en el Senado porque en el Congreso de los Diputados y no hay conversación que sirva
Sin que necesite el apoyo de la señora esta, que es la candidata de la ultraderecha, Macarena Olona que aunque está todavía esperando a ver si le dejan presentarse (lo decide un juez el próximo martes) pues mientras suelta sus retahílas sobre defender España de un oscuro fantasma que, como tal, nadie ve menos los hechizados que serían ellos.
A ver, sí, que me voy del tema. Estábamos con Juanma y sus vacas. Esto no es broma. El candidato por el Partido Popular (siglas de las que, por cierto, algo reniega) se ha ido esta semana a encomendarse. ¿Al Rocío?
Pues no, porque estaba petao’ de gente y como que no le venía bien. ¿A los pueblos y ciudades de su amada Andalucía?
Pues tampoco. Se ha ido al campo. En concreto, a la explotación ganadera El Crudo, en Los Pedroches, en Córdoba para protagonizar el reencuentro.
El reencuentro con una vieja amiga. La vaca a la que le pidió el voto hace cuatro años y que, parecer ser que en eso confía él, le llevó a San Telmo. Entonces el popular quería focos.
Quería que alguien le prestara atención. Le imploró a Darth Vader
El caso es que no estamos seguros que Juanma entienda a las vacas, pero esto no le debe de preocupar porque del animal necesita la suerte y si quiere saber que le susurra cuando muge se puede llevar de la mano, para el trío, a su oponente.
El socialista, Juan Espadas, que de la Junta ya puede ir pidiendo cola en el INEM (según las encuestas) pues en el CV puede poner ahora que es experto en lenguaje vacuno.
Más allá de todo esto, la carrera en Andalucía para conseguir votos está que arde. El lunes hubo debate electoral. Organizado por RTVE y la tensión de Ciudadanos por llegar a ser algo, decisivos es a lo que aspiran, termina por acabar con los oponentes, pero con argumentos. Juan Marín.
Luego están la coalición de izquierdas con Íñigo Errejón y Yolanda Díaz de mítin, pero sin invitar a Irene Montero y Ione Belarra mientras que los anticapitalistas de Teresa Rodríguez van a los tribunales para denunciar que los que antes eran sus compañeros han pegado un cartel electoral antes de tiempo y que eso “no se vale”.
Entre el Senado y el Congreso
De Andalucía este es un poco el resumen. En Madrid, al Congreso de los Diputados.
Sí, hay que pasarse por allí de vez en cuando. Esta semana la controversia estaba, esto el martes, en la tramitación parlamentaria de la ley para abolir el proxenetismo que sale adelante con el apoyo del PP y una UP dividida porque los Comunes de Ada Colau, en el último momento, decidieron desmarcarse.
En cualquier caso, si esto era el martes, los ojos estaban en el miércoles cuando el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, fue a la Cámara Baja a explicar (tres meses después, sin prisas) porque España había cambiado de postura respecto a respetar la soberanía de Marruecos en el Sáhara y ya después, si había tiempo, para explicar lo que se había hablado en el Consejo Europeo de la semana pasada (el que decidió, ni más ni menos, que cortáramos el grifo a las compras de petróleo de Rusia).
Esta ha sido también la semana del primer cara a cara, el más esperado de la temporada entre el presidente Sánchez y el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijoo, pero en el Senado si, a partir de ahora se van a discutir al sitio este que nadie hace caso porque Feijoo no es diputado y en el Congreso no puede estar y en el Senado ha podido hacer la triquiñuela de echar a un compañera para ponerse él.
¿El debate? Acalorado.