La eurozona no se enfrenta a una recesión. Así lo asegura el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, en un momento en el que el mercado se desboca al inicio del fin del ciclo alcista.
Para Draghi, una desaceleración gradual en la eurozona es normal. El objetivo para la inflación del BCE no ha cambiado incluso si el crecimiento es más débil de lo esperado. "Hay una buena razón para confiar en que la inflación subyacente se incrementará de forma gradual a lo largo del próximo periodo", ha asegurado el presidente del BCE.
Esta desaceleración puede ser temporal. De hecho, los últimos datos ya muestran cierta normalización de la producción en la industria automovilística, una industria que se ha visto obstaculizada por factores puntuales. Además, en la medida en que el comercio mundial se estabilice, aunque a un nivel más bajo, su resistencia al crecimiento también podría ser temporal. Al mismo tiempo, los riesgos relacionados con el proteccionismo, las vulnerabilidades en los mercados emergentes y la volatilidad de los mercados financieros siguen siendo prominentes.