El informe prevé que se mantenga el programa de reequilibrio. “Es necesaria una reestructuración a gran escala, aunque costará millones de empleos. El problema de sobrecapacidad es peor en la minería, el acero y otras industrias pesadas. Las autoridades chinas han empezado a abordar la cuestión imponiendo limitaciones presupuestarias y comenzando a reestructurar la deuda de las empresas públicas, pero los progresos son actualmente lentos. Después del Congreso Nacional en el otoño de este año, se esperan pasos más audaces, lo que probablemente deprimirá el crecimiento en el período que se avecina”.
Para evaluar las implicaciones globales del proceso en curso sobre los socios comerciales de China y la economía mundial, el informe contrasta dos escenarios: uno base manteniendo el crecimiento en 2017 y 2018 en torno al 6% y uno alternativo buscando un alto crecimiento en el que la Administración china elevase las tasas de incremento de las inversiones y el comercio exterior a los niveles previos a 2014.
Comparando ambos escenarios, el impacto del reequilibrio en curso será particularmente sentido por sus socios comerciales más cercanos como Singapur (-1,4%), Taiwán (-1,1%) y Corea del Sur (-1,1%) además de Chile (-1,0%) y Qatar (-0,8%), que exportan grandes cantidades de productos básicos a China. El impacto negativo del reequilibrio de China también se dejará sentir por la economía mundial. El informe estima el impacto negativo sobre el crecimiento del PIB global en torno el 0,8% durante el período 2017-2018.