El número dos de la institución, David Lipton, subraya los progresos "desiguales" en las reformas acometidas por el Gobierno chino, que han provocado que las amenazas sigan al alza y que los amortiguadores a los choques se estén "erosionando". El organismo que dirige Christine Lagarde señala que la perspectiva a medio plazo para la economía china se ha ensombrecido por el rápido aumento del crédito, los excesos de capacidad estructurales y un sector financiero "cada vez más grande, opaco e interconectado". A pesar de ello reconoce el esfuerzo y las mejoras realizadas por China en el último año: “Ha habido muchos cambios en el último año, sumando los mercados de capitales, el el sistema bancario y en el no bancario. Ha habido una liberalización de los tipos de interés, un crecimiento continuado de los bancos pequeños, un equilibrio de los balances de las instituciones no bancarias, crecimiento de la banca por internet y por supuesto una recuperación de las bolsas desde la crisis de hace poco menos de un año".
LA DEUDA: EL PRINCIPAL CABALLO DE BATALLA
Además, Lipton ha alertado del problema de la deuda de las empresas chinas, que debe ser abordado de forma "imperativa" para evitar graves dificultades más adelante. Ha recomendado adoptar medidas específicas que permitan impulsar los 'colchones' de capital de la banca, así como el reconocimiento de pérdidas potenciales y el fortalecimiento y mayor resiliencia de bancos y otras entidades financieras.
Escucha la entrevista con Alicia García-Herrero, economista jefe para Asia Pacífico de Natixis:
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