El organismo ha presentado un informe en Pekín, prevé un crecimiento de China de un 6,7 por ciento este año. Para 2017 será dos décimas menos, un 6,5 por ciento. El documento también habla sobre 26 países de Asia Oriental. Respecto al gigante asiático explica la desaceleración como un desplazamiento gradual a un crecimiento más lento y más sostenible. El BM espera que China continúe con la puesta en marcha de reformas que permitan consolidar su transición económica hacia la demanda doméstica. Espera que Pekín tome medidas para contener el aumento de la deuda de las administraciones locales y reducir los excesos de capacidad de la industria pesada aunque pueda producir una ralentización en la producción industrial.

Para el conjunto de los 26 países de Asia Oriental, el BM prevé un incremento del PIB de un 6,3 por ciento en 2016. El organismo, que excluye de esta lista a Japón e India, mantiene sus previsiones en el 6,2% para los dos años siguientes. Lo explica por la influencia de la ralentización China. Señala que estos países en desarrollo afrontan cada vez más riesgos y deberían dar prioridad a las políticas monetarias y fiscales para reducir su vulnerabilidad, al tiempo que implementan reformas estructurales.

El trabajo de la entidad que preside Jim Yong Kim subraya la "resistencia" de las economías asiáticas en desarrollo en un entorno cada vez más desafiante por las mermas en el crecimiento de Estados Unidos y Japón y las dificultades de los productores de materias primas como Brasil y Rusia.


Sin contar a China, los países en desarrollo de Asia Oriental crecieron un 4,7 % en 2015 y el BM pronostica que se expandirán un 4,8 % en 2016 y un 4,9 % en 2017-2018 por la fortaleza del Sudeste asiático, donde destacan Filipinas y Vietnam, ambos con previsiones superiores al 6 % este año.