El silencio de Luis María Linde es quizás lo más significativo de esta convención. No es que el gobernador del Banco de España no haya hablado de Cataluña, es que no ha hablado de nada ni ha atendido a preguntas, tanto fuera como dentro de la conferencia.
El gobernador italiano sí ha hablado, tanto del actual estado del sector bancario europeo como de la situación catalana. Una mención muy breve pero con la que ha manifestado su preocupación:
Es cierto que Mario Draghi dijo que el BCE vigilaba la situación con Cataluña. Sería muy raro si en general no lo hiciéramos. Nosotros estamos muy preocupados sobre el impacto económico. Sin embargo, me da la sensación de que el punto de vista no se ha abordado desde el punto de vista económico, sino desde otras categorías.
Más allá de esto, el gobernador del Banco de Italia le ha dado un toque de atención al sector bancario de la eurozona: asegura que no es momento de dormirse en los laureles y que no hay que caer en la autocomplacencia. Su advertencia: hay que seguir vigilantes porque la rentabilidad de los recursos propios de los bancos de la zona euro no se ha recuperado. Y esa rentabilidad está todavía por debajo de las estimaciones. A pesar de esa advertencia, ve con optimismo el futuro del sector y que las expectativas apuntan a una banca más rentable y sólida.