Con una tasa de desempleo que alcanza ya el 10% y el aumento constante de los precios, los últimos datos de PIB, confirman lo que el brasileño de a pie siente en su bolsillo cada día: que el país va para atrás. El PIB retrocedió un 5,4% en el primer trimestre, comparado con el mismo periodo de 2015. Es la octava caída trimestral consecutiva. Brasil, envuelto también en una crisis política que sacude el país desde hace meses, sufre la mayor recesión en al menos 25 años.
El resultado confirma las previsiones de los analistas que esperan para 2016 una caída superior cuando la economía se encogió un 3,8% su peor resultado en 25 años. El presidente interino del país, Michel Temer, achaca la situación a varios errores.“El país no va a pasar por alto el hecho de que está nadando en una de las mayores crisis de su historia, es una conjunción de problemas graves creados por diversos errores en el tiempo, y poner en peligro la gobernabilidad y la calidad de vida de nuestra gente”
En relación con el último trimestre de 2015, el retroceso de la economía brasileña fue de un 0,3% en el arranque del año. Todas las actividades económicas retroceden, incluida la agropecuaria, que en trimestres anteriores contribuía para aliviar el torrente de cifras negativas. Durante el primer trimestre, el campo brasileño, con una cosecha mala de maíz, reculó un 3,7%, comparado con el mismo trimestre del año anterior.
De confirmarse esa tendencia, además de sufrir en 2016 su mayor caída económica en 25 años, Brasil encadenará dos años seguidos de crecimiento negativo por primera vez desde la década de 1930.