Y es que tras el anuncio de Trump de imponer un arancel a las importaciones de acero y aluminio, muchos países han amenazado con acciones de represalia y han alimentado los temores de una guerra comercial global.
"Creo que Europa dará la guerra en la Organización Mundial del Comercio, al igual que otros muchos países y aquí la cuestión es hasta qué punto EEUU querrá seguir vinculado a la organización", asegura Bengoechea.
Las reacciones se propagan a nivel mundial llegaban desde primera hora de la mañana. Desde China y Japón hasta Alemania, todos los países coinciden: las tarifas comerciales son muy negativas para las empresas.
La mayor productora de aluminio del mundo Alcoa dice que los socios comerciales esenciales, entre ellos Canadá, deberían estar exentos de cualquier arancel. Los principales exportadores de acero a EEUU es Canadá (16’7%), seguido de Brasil (13’2%), Corea del Sur (9’7%), México (9’4%) y Rusia (8’1%).
También la industria automotriz ha hablado: “estos aranceles no podrían llegar en peor momento”. Y es que las ventas de automóviles se han reducido en los últimos meses y los fabricantes no están preparados para absorber un aumento en los costes de fabricación de vehículos.
Los aranceles aumentarán de forma significativa los costes que las automovilísticas destinan a materias primas. Según UBS, Ford deberá añadir 300 millones de dólares a sus costes y General Motors 200 millones.