Casi 100 días, esto es lo que duró el estado de alarma en España por la Covid-19. Medidas que restringieron la movilidad y la actividad económica al máximo durante casi cuatro meses y que ahora se ven reflejadas en las cifras macroeconómicas. El Banco de España prevé un desplome de hasta el 21,8% del PIB en el 2T de 2020.
En el primer trimestre, el PIB cayó un 5,2% en tasa intertrimestral, arrastrado por el colapso de la demanda nacional privada en la última quincena de marzo, como consecuencia de las restricciones asociadas al estado de alarma.
"El descenso de la actividad durante el período de confinamiento habría sido mayor en España en comparación con el conjunto del área del euro, debido a la mayor severidad de las medidas aplicadas y al mayor peso de las actividades más expuestas a la interacción social en la estructura sectorial de nuestro país", señala el Banco de España en un informe publicado este jueves.
Proyecciones para 2020
El Banco de España mantiene la línea marcada por otros organismos internacionales y los dos escenarios contemplados en las proyecciones consideran caídas muy elevadas del PIB nacional en el conjunto de 2020. En concreto, el PIB retrocedería, respectivamente, un 9% y un 11,6% en la media del año en los escenarios de recuperación temprana y gradual.
"Estos dos escenarios se complementan con un tercero —de riesgo—, en el que la recuperación tendría lugar a un ritmo muy lento y la disminución del PIB ascendería al 15,1%", destaca el Banco de España.
Solamente en el escenario de recuperación temprana, el nivel del PIB al final de 2022 superaría al previo a la crisis, "lo que subraya la posibilidad de que las consecuencias de la crisis tengan un componente duradero", detalla la entidad presidida por Pablo Hernández de Cos.
IPC se desploma
La inflación, medida por el índice armonizado de precios de consumo (IAPC), ha registrado también una intensa disminución en los últimos meses, hasta alcanzar un –0,9% en mayo.
Un descenso provocado, especialmente, por el abaratamiento del petróleo y de otras materias primas. El precio del barril de petróleo descendió aproximadamente desde 60 dólares en febrero hasta unos 20 a finales de abril.
En este contexto, el componente energético de los precios de consumo se ha desacelerado fuertemente en estos meses, hasta el –18% interanual en mayo.
Entre los componentes no energéticos, el crecimiento interanual de los precios de los alimentos ha experimentado un aumento significativo entre febrero y mayo, sobre todo en el caso de los no elaborados, influenciado por el aumento de su demanda y por el incremento de los costes asociados a su producción y distribución.
Por el contrario, la inflación subyacente ha moderado su ritmo de crecimiento recientemente. Entre febrero y mayo se ha moderado en cuatro décimas, hasta el 0,9%, su tasa más baja de los dos últimos años.
Tanto los precios de los servicios como los de los bienes industriales no energéticos se han desacelerado en los últimos meses.