La temida guerra comercial, el elefante en la habitación, a la que todos señalaban con el dedo como la culpable de la próxima recesión… al menos de momento ha sido más bien un ‘perro ladrador pero poco mordedor’.
Ya en el ecuador de la temporada de resultados de Wall Street podemos decir que el miedo de que más de dos tercios de las empresas registraran un crecimiento menor de beneficios se ha quedado solo en un miedo. Porque de momento más de la mitad de las empresas del S&P 500 que han publicado resultados lo han hecho mejor de lo esperado.
Pero de las que han decepcionado con sus resultados, unos dos tercios no han culpado a la guerra comercial. Ya lo decía Kevin O´Leary, presidente de O’Shares ETFs, a finales de mayo: el conflicto entre Estados Unidos y China no va a calar en los resultados, al menos, por el momento.
Los accionistas más asustados por el impacto que podía tener la guerra comercial en estos resultados del segundo trimestre eran los de las grandes tecnológicas. Pero de momento, todas las FAANG han publicado, excepto Apple, y ninguna ha mencionado el conflicto como un problema.
De hecho, empresas como LVMH, el grupo propietario de Louis Vuitton, han resaltado los mercados estadounidense y asiático por mantener una “fuerte demanda”; y Texas Instruments, compañía de semiconductores, asegura que China supone el 40% de sus ingresos.
Y es que de momento la guerra comercial está en ‘standby’. La próxima semana se reúnen las distintas delegaciones en China y Steven Mnuchin, secretario del tesoro de EEUU, ha llegado a decir que espera “buenas noticias” y “progresos” de esas conversaciones. Por eso, algunos expertos como Chi Lo, economista senior en BNP Paribas, creen que próximamente habrá algún tipo de acuerdo temporal y que lo que de verdad nos debe hacer temblar no es la guerra comercial, sino otro conflicto: una guerra fría tecnológica.