Varios fondos que operan en derivados con Deutsche habrían retirado parte de su exceso de efectivo y algunas de sus posiciones, una clara señal de los miedos que tienen este tipo de inversores a la hora de realizar negocios con el banco de inversión más importante del mundo.
Su consejero delegado, John Cryan, ha enviado una carta a los trabajadores para intentar tranquilizarlos. Dice que hay fuerzas en el mercado que están debilitando la confianza en la entidad pero que su trabajo es asegurarse de que “esa percepción distorsionada no influye en el negocio en el día a día”. Dice que son un banco fuerte y que las especulaciones carecen de base.
La presión financiera sobre la entidad se ha extendido a la política alemana y continúan las especulaciones sobre la necesidad de que Angela Merkel se vea obligada a ofrecer apoyo. Esta misma semana, el CEO del banco, John Cryan, dijo al diario Bild qeu la ayuda del gobierno está "fuera de cuestión".
Lo cierto es que los clientes están revisando su exposición para evitar situaciones como el colapso de Lehman Brothers y la quiebra de MF Global cuando los fondos de cobertura tenían miles de millones de dólares en activos congelados hasta que se resolvió un largo proceso judicial. Algunos recuerdan la crisis de 2008 cuanto grandes fondos sacaron dinero de firmas como Bear Stearns y ayudaron a precipitar su caída.
Deutsche Bank ha repetido en numerosas ocasiones que las preocupaciones no están justificadas. Tiene unos 220.000 millones de euros en reservas de liquidez.