'Vaya temporadita que llevamos', pensarán en la cúpula de Grifols. Este año han pasado por numerosos altibajos que han llevado a la compañía a una devaluación de más del 42% con respecto a hace un año. De las acusaciones de Gotham City Research a la salida de la familia fundadora, la opa de Brookfield que al final ha caído en saco roto y, ahora, las exigencias de los fondos de inversión para que Tomás Dagá, la última persona cercana a los fundadores abandone el consejo.
Mason Capital, que controla más de un 2% de las acciones Clase A (con derecho a voto) de la española, ha enviado una carta al consejo de la farmacéutica en la que reclama la salida del aliado de la familia fundadora y el desglose de las comisiones pagadas al bufete de Dagá, Osborne Clarke.
Varios fondos institucionales que controlan el 14% de Grifols han exigido el cese de Dagá, el último consejero cercano a la familia fundadora.
¿Quién es Tomás Dagá?
Tomás Dagá es uno de los aliados históricos de la familia Grifols. Además de ser el principal abogado, lleva casi 25 años en el consejo y participa en Scranton, la sociedad neerlandesa que controla un 8% del fabricante de hemoderivados y que es el germen de varios males de la cotizada.
El hedge fund pide, por lo tanto, la dimisión de Dagá, así como la revelación de todas las comisiones que la empresa ha pagado a Osborne Clarke durante los últimos 15 años, el porcentaje de este despacho que controla el propio Dagá, su participación en Scranton y los potenciales acuerdos entre su bufete y Nomura y Proskauer Rose, asesores habituales del grupo en los últimos tiempos.
En resumidas cuentas, lo quieren saber absolutamente todo para analizar la independencia de Dagá. Algo que, según Mason Capital: “permitirá que los accionistas tengan una mejor comprensión de las relaciones de Dagá con Grifols”.