Madrugada en positivo para la mayoría de índices asiáticos, con un cierre prácticamente plano para las bolsas chinas. La semana despierta con la resaca de la cumbre entre China y Estados Unidos, y con los datos de la balanza por cuenta corriente de Japón, con un superávit que bate las expectativas.
En concreto, ese superávit alcanzó en febrero los 25.260 millones de dólares, y encadena 32 meses al alza. La subida está por encima de las expectativas y sirve además para alejar los fantasmas de un freno en las exportaciones, que crecieron más de un 12%, pero que continúan muy presionadas por la nueva política de la administración Trump en Estados Unidos.
Desde el Banco de Japón aseguran que la economía nipona está dando al fin muestras de recuperación y que confían en un aumento algo más pronunciado de la inflación. Seguirán con el programa de estímulos, según el gobernador del banco, Haruhiko Kuroda, hasta que esa inflación se sitúe en el entorno del 2%.
En China, su banco central está comprando bonos esta mañana denominados en dólares, euros y dólares australianos, aumentando además su reserva de este tipo de divisas. El gigante asiático analiza la reunión que el pasado viernes tuvieron Xi Jinping, su presidente, y el de los Estados Unidos, Donald Trump, en la que acordaron una mayor cooperación en términos militares y una reducción del superávit que China tiene en la balanza comercial con el país norteamericano.
La nueva zona económica especial de Xiongxian es protagonista en las portadas de los diarios chinos. Pekín ha dotado de 6.000 hectáreas a un nuevo plan inmobiliario en la región de Hebei, con la intención de construir nuevas viviendas para que sus residentes se trasladen allí. El 70% de esas viviendas se destinará a la venta, y el otro 30% al alquiler. Quieren que algunos residentes de Pekín busquen oportunidades en esa nueva zona económica, a la que se desplazarán grandes empresas tecnológicas, y de esa forma, además, se reduzca la contaminación en su ciudad.