Una vez más, el Banco de Japón retrasa la meta para conseguir el objetivo de inflación. Lo hace hasta 2020, y no será hasta entonces que el país alcance el 2% en el objetivo de inflación, algo en teoría previsto para finales del próximo año pero que ha retrasado por sexta vez.
El gobernador del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, asegura que es una meta fiable y que en todo caso esperan un crecimiento del 0,1% para el cierre de este mes, una meta mucho más factible. Insiste además en el crecimiento del consumo, a pesar de que los indicadores llevan todo el año siendo más débiles de lo que las previsiones del propio Banco Central auguran. Además, desde el máximo organismo monetario lanzan el dardo a las empresas niponas, a quienes acusan de ser reacias a las subidas de salarios, evitando así que aumente la capacidad de consumo y con ello, por lo tanto, termine por elevarse la inflación. Esta semana terminará también el plazo que se habían dado el Gobierno y las principales empresas del país para llegar a un acuerdo de subidas salariales, y lo hace con noticias agrias para los trabajadores; en lugar de ceder las empresas, ha cedido el Gobierno.
La edad de jubilación, actualmente en los 60 años (para quien haya trabajado a tiempo completo durante los años necesarios), se elevará hasta los 65 en 2025. Es una propuesta presentada por las propias empresas que el Gobierno ve con buenos ojos, pero a cambio busca lograr esas ansiadas subidas salariales, que parece que se quedarán para septiembre.
Todavía en Japón, esta madrugada hemos conocido los datos de la balanza comercial correspondientes al mes de junio, con una subida de las exportaciones del 9,7% (superando las previsiones), gracias en buena medida a las empresas automovilísticas, que lograron un nuevo impulso el mes pasado. Es cierto que las importaciones también crecieron por encima de lo esperado, un 15,5%, pero lo hicieron impulsadas por la compra de productos energéticos como el crudo o el gas natural licuado. El ejecutivo japonés no tiene una necesidad mayor de energía, pero consideró que dadas las caídas de junio era bueno aprovechar el momento y asumir una mayor compra, convencido de que en los próximos meses veremos alzas en los precios de la mayoría del sector energético.
En Australia terminamos las crónicas asiáticas hablando del mercado laboral, que vuelve a mostrar una tasa de desempleo en el 5,6% en el mes de junio, cuando creó 14.000 puestos de trabajo. Un dato muy positivo y que temían desde el Banco de Australia que no lo fuera, dadas las dificultades que atraviesa el sector de la construcción, uno de los pilares del mercado de trabajo en el país.