La madrugada amanece en positivo en Asia, con todos los indicadores en verde, entre ellos con el Nikkei subiendo cerca de medio punto en Tokio. Allí, en Japón, hemos conocido los datos de la balanza comercial del mes de enero, que sufren ya un cierto impacto del proteccionismo de Estados Unidos.
En concreto, en esa balanza comercial de Japón las exportaciones crecieron un 1,3% (frente al pronóstico del 4,7%), lo que las sitúa por debajo de las expectativas. En todo caso, el dato está en terreno positivo por segundo mes consecutivo, frente a los 14 meses que llevaban contrayéndose esas exportaciones. En el mes de enero, las empresas niponas vieron como caían las exportaciones a Estados Unidos más de un seis por ciento. También cayeron las exportaciones a China, en este caso motivadas por el calendario. La celebración del año nuevo chino paralizó casi toda la economía que no tuviera que ver con el consumo. En cuanto a las importaciones de Japón en enero, crecieron un 8,5%, su primer aumento en dos años.
En China todas las miradas se posan hoy sobre los futuros del carbón y el acero, tras las sanciones que le ha impuesto el país a Corea del Norte. Tras el asesinato del hermano del líder norcoreano, Naciones Unidas ha decidido imponer varias sanciones al país asiático, y China cumple su parte suspendiendo las importaciones de estos materiales, cuyos futuros se encarecen en bolsa más de un dos por ciento.
Todavía en el gigante asiático, los reguladores ven un motivo de preocupación en las inversiones de las aseguradoras. Muchas de ellas están centrándose en financiar empresas multimillonarias y en asegurar o reasegurar sus pagos. Desde el regulador chino quieren frenar este tipo de prácticas, aunque no pueden hacerlo en seco porque cortarían el vuelo de muchas empresas que están realizando numerosas adquisiciones en el extranjero. Es el caso de Anbang, propietaria entre otros del Waltdorf Astoria, que tiene inversiones comprometidas por 19.000 millones de dólares para los próximos tres años. Obligar a las aseguradoras a retirar ciertas cantidades frenaría esas inversiones o podría incluso hacer quebrar a algunas de estas empresas.
En clave empresarial Alibaba sigue llegando a acuerdos comerciales con compañías dedicadas a la venta en tienda. Han caído algo las ventas online, pero Alibaba busca compensarlo mediante la venta física. De hecho, acaban de cerrar un importante acuerdo con el grupo Bailian, una de las mayores cadenas de distribución china. Uno se encargará del apartado tecnológico y de implementar los servicios de la tienda, y otro permitirá que Alibaba tenga su propio rincón, venda sus productos y creen un club para fidelizar a los clientes.