Nueva confrontación en el marco de la guerra comercial entre China y Estados Unidos.
Este jueves la Cámara de Representantes de Estados Unidos ha dado luz verde al nuevo proyecto de ley mediante el que las autoridades estadounidenses se guardan un nuevo as en la manga para poder excluir de Wall Street a las empresas chinas que no cumplan con los requisitos de la nueva ley de auditoría.
Pero ¿qué efectos prácticos tiene la nueva ley sobre las empresas que ya están cotizando en Estados Unidos?
La Cámara de Representantes de Estados Unidos ha dado luz verde a una nueva ley de auditorías que amenaza con acabar con gigantes como Alibaba, Pinduoduo o PetroChina
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No se puede decir que la nueva normativa sea una ofensiva, únicamente, contra las empresas chinas cotizadas en Estados Unidos porque afecta a cualquier compañía no estadounidense que esté presente en los mercados americanos.
Sin embargo, tampoco se puede obviar que los patrocinadores de la nueva ley, con el presidente saliente, Donald Trump, a la cabeza, siempre han pretendido acabar con las compañías asiáticas más importantes que cotizan en Wall Street como el gigante del comercio electrónico Alibaba, la tecnológica Pinduoduo o el gigante petrolero PetroChina.
El documento, tal y como está redactado, obliga a las empresas a divulgar los nombres de los miembros de sus juntas, en el caso de las chinas, un asunto peliagudo, sobre todo para aquellas que tengan en su organismo de dirección a algún funcionario Partido Comunista Chino.
También se requerirá que las empresas revelen si son propiedad o están controladas por un gobierno extranjero. Un requisito de complicada ratificación, especialmente, en el caso chino y más teniendo en cuenta el oscurantismo en el que se desenvuelve el gobierno de Pekín.
No todas caerán
Cabe decir que un gran número de empresas cumplen con la ley. De otro modo no podrían operar en los mercados. Sin embargo hay que resaltar que en el caso de las compañías asiáticas la legislación china impide que los documentos de auditorías salgan del país. Ahí es donde está el problema y que impide a los reguladores estadounidense identificar con exactitud los posibles riesgos para los inversores.
La nueva Ley de Responsabilidad de Empresas Extranjeras ve la luz apenas un mes antes de que el Despacho Oval lo ocupe el demócrata Joe Biden quien, lejos de rebajar las tensiones entre las dos grandes potencias, ya ha dejado claro que el orgullo estadounidense no se toca y que planea mantener los aranceles de importación sobre los productos chinos.
En total son 217 empresas chinas las que cotizan en las bolsas estadounidenses con una capitalización bursátil de más de 2.2 billones de dólares. Una cantidad amenazada por una nueva “guerra fría”, de carácter comercial, que trae de cabeza a un mundo polarizado entre unos Estados Unidos varados en tierra de nadie y una China autoritaria que no parece querer dar su brazo a torcer.
Por su parte, las empresas ya se están adelantando a los reguladores y están produciendo los primeros movimientos de vuelta a la bolsa de Hong Kong ante la nueva norma que Donald Trump ha rubricado en los Estados Unidos.