Además del dato decepcionante del PIB estadounidense, que creció menos de lo esperado en el segundo trimestre, una vez más, la sesión en Wall Street está marcada por los resultados empresariales. Y sobre todo por los de dos grandes petroleras: Exxon y Chevron. Ambas petroleras siguen pasando por malos momentos a causa de la caída en los precios del petróleo y así se ha reflejado en sus cuentas.
Los índices de Wall Street marcaban descensos en el primer tramo de la sesión, por el peso de Exxon o Chevron: recibían con caída de sus acciones los resultados y esto arrastraba al sector energético. Aunque a media sesión los índices se daban la vuelta y el SP 500 y el Nasdaq 100 se situaban en verde, con el Dow Jones navegando entre el negativo y el positivo.
Petroleras perjudicadas
El beneficio trimestral de Exxon se desploma un 60% hasta los 1.700 millones de dólares. Se trata del séptimo trimestre consecutivo de caída de beneficio interanual y el octavo de descenso en sus ingresos. La compañía asegura que los resultados reflejan el volátil momento de la industria. Por ello, siguen centrados en la disciplinad de costes y avanzando en nuevas inversiones selectivas. El beneficio de exploración y producción, la división upstream, cayó hasta los 294 millones de dólares, con un mal comportamiento sobre todo en su negocio estadounidense. También ha perjudicado a las cuentas la división downstream. El beneficio en este negocio de refino y marketing cae hasta los 825 millones. Los ingresos totales de la mayor petrolera de EEUU caen un 22% en el último trimestre, hasta los 57.000 millones.
Un panorama similar observamos en Chevron. La petrolera presenta pérdidas en el último trimestre, aunque la caída de sus ingresos es menor de lo esperado. Es el tercer trimestre consecutivo que la petrolera presenta pérdidas, afectada por la caída de los precios del crudo. La empresas sigue reduciendo costes y ha presentado 8.000 despidos, el 12% de plantilla. Las pérdidas del último trimestre fueron de 1.470 millones de dólares. Los ingresos totales caen un 27%, hasta los 29.200 millones. El beneficio en la división downstream cae un 57% y en la de upstream las pérdidas se amplían hasta los 2.460 millones.