Índices asiáticos en negativo, con el Nikkei dejándose más de medio punto porcentual y Australia cayendo un 0,8%. Logran algo de subida las bolsas chinas porque el gobierno ha vuelto a comprar deuda empresarial. Jornada atípica cargada de advertencias. En Japón lanzan un nuevo aviso a las empresas para que eleven los salarios, la Agencia Internacional de la Energía rebajará la previsión de crecimiento para el precio del petróleo, y China comienza lo que va a ser un agitado fin de semana, con representantes de más de cien países en una cumbre especial en Pekín.
Cumbre donde explicarán los beneficios del cinturón de la Ruta de la Seda, y a la que acudirá tras el consejo de ministros el presidente español, Mariano Rajoy, junto a otros 30 jefes de Estado. Antes de que comience oficialmente esa cumbre, esta madrugada China y Estados Unidos han anunciado un acuerdo comercial al que llegaron a principios de semana, y al que han terminado de dar forma. Acuerdo que permitirá a China elevar la exportación de productos a Estados Unidos y, a cambio, el país norteamericano elevará el envío de carne de ternera a China. En todo caso, la mayoría de los representantes de los distintos países que acuden este fin de semana a esa cumbre especial lo hacen confiando en que el gobierno chino otorgue contratos de infraestructuras a las empresas de sus países.
Todavía en China, en la región especial de Hong Kong, esta mañana la petrolera Noble cae más de un 20% en bolsa. Ayer se dejó un 30% así que ha perdido la mitad de su valor en dos días. La razón es que ha presentado pérdidas y, para paliarlas y lograr caja, ha realizado una emisión de bonos por cerca de 750 millones de dólares, cuando pierde al trimestre cerca de 100. Los inversores comienzan incluso a pensar que o alguien compra la empresa, o Noble irá a la quiebra. Y de ahí las caídas, claro.
Respecto a las subidas de las bolsas chinas y la entrada de dinero, el gobierno chino y, más concretamente, el Banco Central, han acudido esta madrugada al mercado para refinanciar la deuda de numerosas empresas, la mayoría relacionadas con el sector inmobiliario o con la concesión de créditos. Desde que hace un mes dijera que no realizaría más compras de este tipo lo único que ha hecho es recaudar dinero en cada vencimiento de deuda, porque las empresas no podían alargar la vida de esa deuda vía préstamos del gobierno. Una medida que buscaba reducir el apalancamiento empresarial pero que está asfixiando los márgenes de muchas compañías, por lo que esta mañana, temeroso de que las empresas de crédito y algunos bancos empiecen a pasar verdaderos apuros, ha vuelto a la compra de deuda corporativa. Entre lo que inyecta a seis y doce meses, casi 400.000 millones de yuanes.
Terminamos las crónicas asiáticas en Japón con una advertencia. El gobierno ha asegurado a las empresas que o se muestran más dialogantes o impondrá directamente la subida salarial que mejor le parezca. Creen desde el ejecutivo que lidera Shinzo Abe que es necesaria esa subida salarial para que el consumo vuelva a repuntar pero, sobre todo, para que la inflación siga su escalada hasta el objetivo del 2%.