Los indicadores esta madrugada vienen en negativo en un día en el que hemos conocido diversos datos macroeconómicos en Japón, y en el que el Banco Central nipón ha dado algunas pistas sobre el futuro, manteniendo eso sí su política monetaria sin cambios.

Los datos acompañan a medias, como casi siempre en Japón. Los pedidos de construcción crecieron en septiembre un 7%, superan las expectativas, y sin embargo el inicio de nuevas viviendas creció solo un 3,9. Esto se produce porque en Japón es raro quien compra una segunda vivienda o quien cambia de casa. Se suele producir un fuerte ahorro mientras se va construyendo, y generaciones enteras se acaban mudando en el momento en que se asientan en su trabajo.

En cuanto a la producción industrial, vemos también que en diciembre se produjo una segunda caída en el dato. Está en terreno positivo, creciendo un 0,5%, pero el dato supone una caída desde el 1,5% anterior. En este sentido, será interesante ver si las grandes empresas mejoran sus exportaciones pese a estas dos caídas consecutivas. Algo que ocurrió en el cierre de 2016 gracias a la mejora en la economía china, que representa el 18% de las exportaciones niponas.

Banco de Japón: mantiene su política monetaria sin cambios y eleva el crecimiento.


Mejora la previsión de crecimiento para este año al 1,4% y al uno y medio para 2018. Mantiene los tipos y la política de estímulos sin cambios, y asegura que el objetivo de inflación, del 2%, se alcanzará en el primer trimestre de 2019. Ya veremos, porque era un objetivo al que el gobierno y el banco central querrían haber llegado a finales de 2015. Y no. El problema es que los mercados ya no quieren previsiones, y vuelven a querer estímulos, y eso se nota cuando miramos las caídas que están protagonizando, superiores al punto y medio porcentual

Sony y NEC, protagonistas empresariales.


Sony captará 1.000 millones de dólares con la intención de elevar su liquidez y poder acometer las compras que considere necesarias de compañías con pequeños componentes y patentes. El mercado castiga su necesidad de capital y cae en bolsa cerca de un 4%.

Pero más cae la compañía Nec, la empresa de equipos de comunicación. Un 18% se deja prácticamente, después de anunciar que cerrará el año fiscal en marzo con un beneficio de 260 millones de dólares de beneficio, en lugar de los casi 1.500 que esperaba conseguir. Una diferencia sustancial que penalizan con fuerza los inversores.