Seguramente sí, porque a pesar del pronunciamiento de varios juzgados es muy posible que la batalla legal continúe hasta el final. 


De todas formas, a estas alturas no está muy claro qué es lo que se impide ¿La entrada de viajeros procedentes de los siete países musulmanes o la emisión de sus visados? Son cosas distintas y la prohibición de la discriminación que se baraja afecta únicamente a la emisión de visados. 


Hay que recordar que tanto el Congreso como el propio Presidente disponen de amplias facultades para legislar y sobre todo este último tiene entre sus competencias tanto los asuntos exteriores como la inmigración y frente a esto solo está el límite, que en este caso lo pone la Constitución a través de su primera enmienda, al proporcionar una especial protección en materia de religión vía poder judicial.


En realidad estamos hablando del juego de la balanza de poderes del Estado, donde el poder no siempre mira con recelo al ejecutivo, porque considera que el Presidente puede tener más información de la que un propio juez dispone para tomar su decisión y si eso se demuestra le puede dar la razón al Sr. Trump. Así lo han apuntado ya alguno de los jueces que se han pronunciado ahora mismo, aunque en las transcripciones de la vista en el juzgado de Seattle estamos viendo un interés claro del juez Robart porque justifique, apoye sus prohibición.


En todo caso, ya lo dije, hay varios frentes abiertos en esta disputa. El que más visos tiene de ganar es el que protege a los que ya han demostrado que poseen una experiencia en EEUU y se han quedado bloqueados fuera del país. Lo mismo que el de los que son reclamados por importantes empresas en el terreno de las tecnologías que además se ven apoyados por estas. En cuanto a los que todavía no tienen un histórico en el país, me parece que las facultades del Presidente pueden prevalecer y se quedarán en tierra.


En conclusión, me gustaría conocer también el apoyo que el Congreso puede dar al Presidente porque, si le respalda, hay precedentes de la época Truman que apuntan a que la executive order saldrá triunfadora en algunos aspectos. 


Por: Arcadio García Montoro