La vuelta de Trump a la Casa Blanca ha sido de todo menos discreta. Sus políticas arancelarias y su acercamiento a Putin para resolver el conflicto en Ucrania han hecho saltar las alarmas en Europa. Ante este escenario, el Viejo Continente decide rearmarse para fortalecer su defensa y seguridad. Pero, ¿es realmente una necesidad o avanzamos hacia una espiral belicista?

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Europa decide rearmarse: ¿Necesidad o espiral belicista?

Von der Leyen insta a la UE a subir el gasto en defensa por encima del 3% ante la polémica política arancelaria de Trump y la amenaza de Putin.

Este 2025 se ha presentado como un año de completa incertidumbre en el panorama mundial, que comenzaba con una resaca postelectoral que pocos esperaban tan intensa.

Esta segunda versión de Trump no convence a los socios europeos y, como respuesta, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, ha llamado a hacer un esfuerzo colectivo donde apunta a los estados miembros a gastar por encima del 3% en defensa.

Una decisión que recibía el aval de los líderes europeos en la cumbre extraordinaria del pasado jueves, donde la líder del ejecutivo europeo advertía además que "se ha acabado ya la ilusión de vivir en un dividendo de paz".

Nuevo choque en la coalición: PSOE y Sumar, en desacuerdo sobre el gasto en defensa

En materia de nuestro país, la polémica está servida, y es que el gasto en defensa ha desatado un nuevo choque entre PSOE y Sumar. En línea con los acuerdos internacionales, la intención de los socialistas es incrementar el gasto en seguridad y en defensa, además de alcanzar el objetivo del 2% del PIB para esta materia lo antes posible.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, intercambiaban este martes sus posturas alrededor de la política de defensa española, en la que Sánchez ha asegurado que esta nueva hoja de ruta no supondrá merma alguna en el gasto social.

Sin embargo, desde las filas de su socio de gobierno Sumar, sostienen que un aumento del gasto en defensa no garantiza una mayor autonomía estratégica ni mayores cuotas de seguridad compartida. Una decisión a la que se suman además Compromís, Chunta, Izquierda Unida y Comunes, que rechazan el gasto al entender que se incurre en una espiral belicista.

Hasta ahora, España destinaba el 1,28% del PIB a la inversión militar, y aunque en la última década el gasto incrementaba en más de 10.000 millones de euros, nuestro país ocupa el último lugar en el ranking de la OTAN.