El programa Influencers de Capital Radio, presentado por Jose Antonio Vizner, ha entrevistado a Catherine L'Ecuyer para tratar distintos temas de educación. Tecnología, tiempo dedicado a nuestros hijos o qué hacer con los deberes han sido los temas principales.
En cuanto a las pantallas de televisión. Catherine L'Ecuyer apunta que las pantallas no deberían estar en las manos de nuestros hijos tan pronto. "Hay recomendaciones de las principales asociaciones pediátricas que apuntan que de cero a dos años no deberían ver ninguna pantalla. No por temas educativos sino neurológicos", apunta L'Ecuyer. Y de dos a cinco años no más de 1 hora de pantalla al día. "Aunque ahora estamos pendientes de nuevos estudios. Y lo que dicen también las asociaciones es que los padres deben tener un plan de uso, no improvisar".
Sobre el tema de redes sociales. No hay edad perfecta para entrar en tecnologías. No vale que todo el mundo haga a los 11 años o a los 13 años. Lo que sí deben cumplirse son varias cuestiones. Tener un sentido claro de la intimidad. ¿Qué es privado? ¿qué es público? Y eso es difícil a estas edades. En segundo lugar, debe tener fortaleza interior. Capacidad de decir que no, a pesar de los estímulos externos. Porque muchas aplicaciones están diseñadas para la adicción y lo dicen hasta los ejecutivos de estas grandes empresas.
¿Qué es el asombro? "Nacemos con un deseo grande de conocer", comenta Catherine L'Ecuyer. Los niños tienen curiosidad innata para aprender. Ese deseo interno es algo que tenemos que cuidar y proteger. Y para ello hay que educar en el asombro mediante el contacto con la naturaleza, respetar las etapas de la infancia, reducir el ruido tecnológico...
Sin invertimos tiempo en la educación de nuestros hijos no nos vamos a arrepentir. Esto de la calidad del tiempo frente al tiempo es una mentira que nos han contado. Si no invertimos tiempo, lo invertiremos después porque saldrán problemas, sin duda. La palabra calidad es un poco engañosa. Porque a veces se ha apuntado hacia la estimulación. Para el niño pequeño, lo que necesita es que el padre o la madre esté. A veces simplemente es estar ahí leyendo un periódico o estando con ellos sin más. Hay que adaptar la atención con la edad a las distintas circunstancias. Pero lo más importante es estar.
En cuento a los deberes, Catherine L'Ecuyer apunta que el problema no está sólo en los deberes, que hay padres que llegan a hacérselos a sus hijos para que puedan terminar, sino que está empeorado en España por los horarios de trabajo.
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