Por segunda semana consecutiva hemos tenido con nosotros a los alumnos del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (México) con quienes hemos hablado sobre el medio en el que nos encontramos, sobre la radio. El nacimiento de la misma en España, la noche de los transistores, el asesinato de Miguel Ángel Blanco... estos y otros muchos acontecimientos de los que ha sido testigo la radio y los que quedan por narrar han tenido cabida en este espacio de nuestro After Work de hoy.
En nuestro After Work de hoy hemos vuelto a contar con la inestimable ayuda de un grupo de alumnos del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. Con ellos y con el periodista y profesor de la Universidad Nebrija, Juan Carlos Rodríguez hemos hablado de un medio tan nuestro como la radio.
Un medio que sigue estando ahí pese a que se le haya matado en repetidas ocasiones, pero que, en palabras de Rodríguez “terminará siendo un medio fracasado si no es capaz de escuchar a quien está al otro lado”.
Porque como se ha puesto de manifiesto en muchas otras ocasiones, lo importante en la radio es la utilidad que le pueda otorgar el oyente. En los últimos años han aparecido nuevas formas de consumo en los que la digitalización juega un papel importante.
No obstante, habiendo puesto el foco en la desaparición de las franjas horarias y demás casuísticas que hacen a la radio única, el profesor Rodríguez asevera que nunca desaparecerá la radio sino que avanzamos a un nuevo paradigma en el que la convivencia, el “mestizaje”, lo serán todo.
Juan Carlos Rodríguez ha querido aportar su grano de arena a este repaso de la historia de la radio y nos ha hecho partícipes de los recuerdos que se le sobrevienen a la cabeza cada vez que piensa en ‘la noche de los transistores (23 de febrero de 1981)’ de la que fue testigo y parte activa de ella y con la misma, de la historia de España.
¿Pero qué tiene la radio que no tengan otros? La capacidad de hacernos ver a través del sonido, de dibujar la realidad a través de unas ondas que cambian en la forma, pero que no parecen tener fondo.