El presidente de Estados Unidos busca reconstruir unos lazos que, tras el escándalo de las presuntas filtraciones a Rusia, ha podido dañar. La visita a Israel ya estaba programada, pero servirá a Trump para limar asperezas. También visitará Arabia Saudí, su socio más importante dentro del mundo islámico, donde se alejará de sus propios postulados anti-islamistas. En El Vaticano, sin embargo, buscará el acercamiento, algo que le reconcilie con los votantes republicanos que se han ido desencantando. La gira terminará en Sicilia el día 26 (previo paso por la cumbre de la OTAN). Así es la primera gira internacional de Donald Trump, aunque en Estados Unidos solo se habla de un posible impeachment. Alfonso González de León, consultor senior en Vinzes, considera aventurado hablar de una salida del presidente norteamericano.
Existen artículos en la Constitución americana para destituir al presidente pero se fundamentan sobre la comisión previa de algún delito. Por el momento eso no está probado, y en Estados Unidos no existe la moción de censura, no hay modo de restarle la confianza desde el Parlamento. Aunque se fueran encontrando pruebas, destituir a un presidente en Estados Unidos es un proceso largo que debe pasar una primera votación (por mayoría simple) en el Senado, y por una segunda votación (donde es necesaria una mayoría de dos tercios). El hecho de que el ministro de exteriores ruso, Sergéi Lavrov, le defienda desde Chipre no es algo que le vaya a ayudar. Se le acusa de tener unas relaciones "oscuras" con el Kremlin, y este tipo de declaraciones juegan en contra de Donald Trump.
El porcentaje de aprobación ha bajado al 38%. Aunque las encuestas estuvieran sesgadas, el hecho de que Trump está perdiendo apoyo es un hecho.