Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Yemen, Bahréin y Egipto rompen relaciones con Catar, a quien acusan de apoyar y financiar a distintos grupos terroristas, entre los que incluyen al Estado Islámico, Al Qaeda y los Hermanos Musulmanes.
Desde Riad aseguran que es una decisión que toman en solidaridad con Bahréin, que está sufriendo “campañas terroristas apoyadas por las autoridades de Doha”. El gobierno Saudí explica que Catar está financiando a estos grupos terroristas y que es algo que no van a seguir permitiendo. Al anuncio de Riad apoyando a las autoridades de Bahréin se han sumado también Emiratos Árabes Unidos y Egipto, que han endurecido aún más el comunicado final. Incluyen junto al Estado Islámico y Al Qaeda a los Hermanos Musulmanes, con los que Egipto tiene problemas de índole más política que militar, y a quienes desde Arabia Saudí también intentan frenar, por ser una amenaza para los actuales regímenes de esos países.
En un comunicado publicado por la agencia estatal saudí de noticias, SPA, las autoridades saudíes han anunciado el cierre de todos sus puertos, aeropuertos y puestos fronterizos para evitar la entrada de cataríes al país. Algo que han emulado Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Bahréin. Además, la coalición que encabeza Arabia Saudí y que opera contra los rebeldes huthis en Yemen ha anunciado la expulsión de Catar de sus operaciones.
Las tensiones entre Catar y varios países del Golfo se han deteriorado en los últimos días, a raíz de que la agencia estatal catarí, QNA, publicara la semana pasada unas declaraciones del emir en las que criticaba la postura de los países del Golfo contra Irán y hablaba de "tensiones" con Estados Unidos.
Inmediatamente después, QNA denunció haber sufrido un ataque informático y negó la veracidad de la nota publicada, pese a lo cual medios de Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos continuaron informando acerca de esas presuntas declaraciones del emir catarí.
El Gobierno de Bahréin ha dado 48 horas a los diplomáticos cataríes para que abandonen el país, y desde los cinco países que han cortado relaciones con Catar dan un plazo de dos semanas a los habitantes y turistas que, siendo de esa nacionalidad, residan en alguno de estos países.