Para ello, intentan desvincularse totalmente de la dirección de los mercados. Es decir, intentan conseguir rentabilidades positivas, al margen de lo que ocurra en los mercados, y en un plazo que puede variar, aunque normalmente cuentan con un ciclo completo de mercado. Son muy flexibles a la hora de escoger activos y estrategias y están muy centrados en el control de la volatilidad.