Los grandes sellos discográficos sufren desde hace años la disminución de las ventas de discos. Y ahora se encuentran en un callejón sin salida con Youtube, que se acoge a la ley Digital Millenium Copyright Act (DMCA). Esta ley se aprobó antes de que existieran los servicios de reproducción de vídeo online, en un intento de adaptar la legislación sobre los derechos de autor a las nuevas tecnologías.
Sin embargo, los artistas se quejan de que mediante servicios como YouTube los consumidores pueden llevar encima cualquier canción a través de su smartphone de forma gratuita. Una situación que no les beneficia en absoluto, puesto que los ingresos de los compositores y músicos siguen disminuyendo. Por ello, artistas como Paul McCartney, Taylor Swift, Elton John o Lady Gaga piden una reforma que equilibre los intereses de los músicos con los de las compañías que utilizan su música para sacar beneficio.
En los últimos años se ha producido un boom en streaming digital. Pero a pesar de ello, los sellos discográficos se quejan de que YouTube les estafa y de que les paga por debajo de lo que establece el mercado. YouTube sigue un modelo distinto a otras plataformas como Spotify. Spotify paga un mínimo por visionado a los poseedores de derechos, independientemente de los ingresos que generen. YouTube, sin embargo, paga en proporción a sus ingresos, con lo cual depende de la salud del mercado.
La plataforma de vídeo de Google no ha hecho declaraciones sobre cuánto paga anualmente por los derechos, pero asegura que a día de hoy ha pagado más de 3.000 millones de dólares a la industria musical. Youtube y los artistas, un tira y afloja que suma y sigue.