Uber pierde 645 millones de dólares en el segundo trimestre, un 9% menos que en el mismo periodo del año anterior. Entre enero y marzo de este año, las pérdidas registradas fueron de 708 millones y entre octubre y diciembre de 2016 de 991 millones.
La reducción de las pérdidas de Uber pone de manifiesto el esfuerzo que realiza por controlar el gasto de las tasas de conductores y clientes. Además los coches de Uber luchan con una competencia muy fuerte en los mercados del sur de Asia.
La reserva de viajes ha ascendido. Los desplazamientos han crecido un 150% con respecto a 2016, con un incremento mayor en mercados emergentes. El importe por estos desplazamientos en el segundo trimestre es de 8.700 millones de dólares, por encima de los 7.500 millones del trimestre anterior.
La tasa de crecimiento de la empresa sugiere que el negocio se mantiene a flote, a pesar de su reciente serie de escándalos. En el mes de enero, la compañía tuvo que pagar 20 millones de dólares por unas acusaciones de publicidad engañosa. Durante los primeros días de mandato de Donald Trump, el Consejero Delegado de Uber, Travis Kalanick, consiguió un puesto en el Consejo Asesor de Negocios de Trump que tuvo que dejar poco después. A esto le siguió una larga lista de casos de acoso, espionaje y malos tratos que acabó con Kalanick dejando su cargo. Toda esta polémica también ha mermado la imagen de la empresa.
La compañía sigue sin ser operativa ya que continúa perdiendo grandes sumas de dinero. Sus directivos, se niegan a señalar un plazo en el cual podría ser rentable. Los inversores valoran Uber en unos 68.000 millones de dólares, aproximadamente. Sin embargo, cuatro fondos de inversión han rebajado el valor de las acciones un 15%. La compañía de transportes no tiene obligación de publicar sus resultados pero muestra un creciente interés por entrar en bolsa en un futuro cercano, por lo tanto este año comenzó a publicarlos.