Estos últimos días, las miradas se dirigen hacia Facebook. La investigación de The New York Times y The Observer ha puesto en jaque a la plataforma de Mark Zuckerberg con cientos de datos de más de 50 millones de cuentas, aunque la información era solo de 270.000 usuarios y para fines académicos.
Pero, ¿qué información recopilaba thisisyourdigitallife (esta es tu vida digital)? "Sabemos que se aprovechó la capacidad de recopilar información de los contactos de los encuestados y que esta información se vendió a una empresa con la finalidad de utilizarlos, entre otros, en campañas electorales", señala Josep Albors, responsable de investigación y concienciación de Eset en España.
Sin embargo, buceando por las aplicaciones que tienen permiso a mi cuenta de Facebook, la mayoría accede a datos privados, que, quizá, no sean necesarios para su desarrollo. Como se puede ver en este ejemplo, esta aplicación no solo coge el nombre del perfil, fotografía, edad y sexo. Tiene acceso a los contactos, intereses, historia laboral, fotos y lo más llamativo: "ideología política y creencias religiosas". La aplicación... es de un medio de comunicación.
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"El problema es que muchos usuarios no tienen ningún problema en regalar todo tipo de información privada ni les importa lo que se haga con ella, y eso es algo grave que deberíamos cambiar lo antes posible. Los usuarios no son conscientes del uso que se hace de sus datos ya sea porque no leen las cláusulas de las condiciones de servicio de los proveedores o porque no se preocupan por gestionar adecuadamente la privacidad de sus perfiles", añade el responsable de investigación de Eset.
Con esta preocupación y las campañas en redes sociales, incluso de alguien que sabe de redes, puesto que fue el creador de Whatsapp y negoció con el propio Zuckerberg en 2014.
Eso sí, invitan a repasar sus condiciones de privacidad y a ajustar los permisos. A ello vamos y hemos pedido, un servidor, recibir "toda" la información personal disponible en la plataforma. Estos datos están accesibles a todos los usuarios de Facebook que lo deseen en el apartado "Configuración".
Mi yo virtual en Facebook pesa 153MB comprimidos y 163MB sin compresión. Cuatro carpetas que contienen mensajes privados, imágenes, vídeos y diferentes páginas .html, que permiten hacer una navegación por el perfil con todo lujo de detalles.
Cada paso, cada like, cada comentario... y cada click en un anuncio, queda todo registrado por la plataforma. Pero y ¿quién más tiene acceso a estos datos? "Nos concedes permiso para usar tu nombre, foto del perfil, contenido e información en relación con contenido comercial, publicitario o relacionado (como una marca que has indicado que te gusta) procedente de Facebook o que hayamos optimizado. Esto significa, por ejemplo, que permites que una empresa u otra entidad nos paguen por mostrar tu nombre o foto del perfil con tu contenido o información sin que recibas ninguna compensación por ello. Si has seleccionado un público específico para tu contenido o información, respetaremos tu elección cuando los usemos”, reza en la política la plataforma.
Repasados mis mensajes, fotos y vídeos que ni ya recordaba. Puedo averiguar mi primera vez en Facebook y dicen que fue un viernes, era 23 de enero de 2009 y abrí mi cuenta a las 18:46 horas. Precisión absoluta. La misma que recibo al abrir el archivo de información de contacto, más de 100 correos electrónicos en los que más de la mitad no tienen relación con mi perfil virtual.
¿Y si es el momento de borrar la cuenta de Facebook? La compañía avisa: "se necesitan 90 días en borrar toda la información". ¿Y si no aguantas los 90 días? Pues Facebook entenderá que te arrepientes.