Las exportaciones e importaciones de China cayeron más de lo previsto en julio en un difícil comienzo del tercer trimestre que apunta a una mayor debilidad en la demanda mundial tras la decisión británica de abandonar la Unión Europea.
China registra un superávit en su balanza comercial de 51.500 millones de dólares, lo que supone un aumento interanual de un 34%. Las exportaciones crecen un 2,9% en julio con respecto al mismo mes de 2015, mientras que las importaciones se reducen un 5,7%. Sin embargo los datos suponen un descenso interanual de las exportaciones de julio de un 4,4% y una caída también de las importaciones de un 12,5% su mayor retroceso desde el mes de febrero.
Por materias primas, las importaciones de crudo de China caen a su nivel más bajo en 6 meses. También lo hacen las importaciones de carbón, que descienden un 2,5% con respecto al mes anterior. Por su parte, las exportaciones netas de combustible se disparan a niveles de récord. Los precios suben a su nivel más alto en 16 meses después de los recortes de producción y la escasez de suministro.
El descenso de las importaciones en el gigante asiático acumula ya 21 meses de caídas consecutivas mientras que las exportaciones han caído en 12 de los trece últimos meses, contribuyendo a limitar el crecimiento a su ritmo trimestral más lento en 25 años.
Por regiones, el comercio con la Unión Europea, el mayor socio comercial de China, ascendió un 1,8% interanual en los primeros 7 meses de 2016. El comercio con Estados Unidos cae un 4,8%.
Las mejoras en el consumo del país siguen sin reducir la desaceleración de China, aunque ésta ha sido algo más moderada que el pasado año. En 2015 la economía se redujo a un mínimo de 25 años marcada por la caída de los precios en las materias primas. Las preocupaciones y el aumento de deuda alimentan la competitividad de las empresas.
Según los observadores, las cifras muestran un comienzo complicado del segundo semestre del año, con la demanda global afectada y perjudicada por el Brexit.