La fiscalía de Corea del Sur ha solicitado una una pena de 12 años de cárcel para el heredero del grupo Samsung, Lee Jae-yong, por los cargos de soborno, malversación y ocultación de activos en el extranjero dentro de la trama de la "Rasputina".
Esta petición de la fiscalía se ha presentado en la última sesión del juicio contra Lee que se celebra desde principios de marzo en el Distrito Central de Seúl. La acusación también propone penas de diez años de cárcel para otros tres altos ejecutivos de Samsung.
El vicepresidente ejecutivo de Samsung permanece detenido desde mediados del pasado febrero, cuando el grupo de fiscales independientes que lleva el caso presentó cargos contra él por los citados delitos cometidos presuntamente en el marco del caso "Rasputina", y que habrían permitido a Samsung obtener un trato favorable de las autoridades.
El hombre que lidera el grupo empresarial más importante del país está acusado de autorizar el desvío de 35,4 millones de euros a fundaciones bajo el control de Choi Soon-sil, conocida como la "Rasputina" por su amistad con la expresidenta surcoreana, Park Geun-hye.
Los pagos se habrían realizado a cambio de que el fondo público de pensiones hubiera autorizado en 2015 una fusión de dos filiales de Samsung (una de las cuales estaba participada por el mencionado fondo) que refuerza el control del clan Lee sobre este grupo.
Lee, de 49 años, se hizo en 2014 con las riendas del conglomerado que aporta la quinta parte del PIB nacional después de que su padre, Lee Kun-hee, sufriera un infarto que lo ha dejado incapacitado.
Se espera que la sentencia del caso se haga pública a finales de este mes, y el veredicto de los jueces podría afectar a los otros juicios paralelos que se celebran contra la expresidenta surcoreana y contra la "Rasputina".