Reuters.-Abengoa y sus acreedores dieron el jueves un paso clave para tratar de evitar la quiebra después de que el accionista principal aceptase una fuerte dilución en el inevitable proceso de conversión de deuda en capital que salvaría la empresa dando a los bancos el control de la sociedad, dijeron cuatro fuentes próximas a las negociaciones.

Aunque el acuerdo aún no se ha firmado, las fuentes dijeron que Inversión Corporativa, el accionista mayoritario de la compañía sevillana con un 51 por ciento, ha cedido a las exigencias de los acreedores de reducir su participación en el conglomerado al entorno del cinco por ciento cuando se realice el proyectado proceso de reestructuración.

"Los acreedores exigían la salida de (Felipe) Benjumea y que Inversión Corporativa aceptase diluirse al entorno del cinco por ciento cuando se realizase la conversión de deuda por capital", dijo una de las fuentes. "La salida de Benjumea (era asesor del presidente ejecutivo destituido esta semana) y la dilución desbloquean los siguientes pasos en la reestructuración y otorgan la liquidez inmediata necesaria".

Unas horas antes, el nuevo consejero delegado de la sociedad, Joaquín Fernández, envió un correo electrónico a sus empleados para comunicar que había conseguido liquidez para proceder al pago de las nóminas de febrero, retrasadas por falta de fondos.

Aunque el mensaje no hace referencia alguna al origen de la liquidez obtenida, una segunda fuente explicó que los fondos proveerán de los acreedores, en concreto de titulares de bonos que se han mostrado desde hace semanas dispuestos a otorgar crédito a cambio de garantías.

La tercera fuente dijo que, una vez cerrado el acuerdo de la posición del principal accionista, se empezaría a avanzar en las vitales negociaciones de reestructuración para adaptar el balance al plan de viabilidad de una nueva Abengoa adelgazada y con un tercio de la deuda actual.

"A partir de ahora se podrá avanzar en la parte financiera del proceso, a negociar las eventuales quitas y los canjes de deuda", dijo la fuente.

DEUDA POR ACCIONES

Las fuentes explicaron que las negociaciones, que tienen fecha de caducidad el 28 de marzo (la empresa entraría entonces en concurso de acreedores si no hay acuerdo de reestructuración), se vieron complicadas por la negativa de Felipe Benjumea, alma mater y principal accionista, a renunciar a la empresa que fundó su padre.

En Abengoa rehusaron hacer comentarios y no fue posible contactar de manera inmediata con Inversión Corporativa, que sigue controlando el consejo de la sociedad, que en los últimos años creció a base de un agresivo apalancamiento que hoy se demuestra insostenible.

Un grupo de inversores titulares de alrededor del 40 por ciento de los 5.000 millones de euros en bonos emitidos por la compañía ya se mostraron dispuestos hace semanas a prestar 160 millones de euros de liquidez urgente.

Incluso, según diversas fuentes, podrían aportar posteriormente los 1.100 millones que el plan de viabilidad ve necesarios para que la empresa salga de la crisis en 2016 y 2017.

En sus últimos préstamos de emergencia, con la compañía ya en situación de preconcurso de acreedores, los bancos se aseguraron el retorno obteniendo garantías de la filial estadounidense Atlantica Yield.

Ante la falta de otros avales, los bonistas piden a cambio de liquidez compartir con las entidades de crédito estas garantías, un extremo que aceptarían tras el acuerdo de dilución, dijo la primera fuente.

Con un pasivo que rondaría los 25.000 millones de euros, Abengoa entró en preconcurso de acreedores a finales de noviembre y esta misma semana anunció pérdidas de 1.200 millones de euros en 2015 tras fuertes saneamientos.

Las dificultades de Abengoa, un gigante nacional con 28.000 empleados y cientos de patentes de alta ingeniería, se han convertido en debate nacional, con Benjumea investigado por supuesta administración desleal y múltiples voces pidiendo a la empresa y a sus acreedores un acuerdo que evite la que sería la mayor quiebra de la historia de España.