Repsol obtuvo en el primer trimestre de 2018 un beneficio neto de 610 millones de euros, frente a los 689 millones de euros alcanzados en el primer trimestre de 2017, cuando la subida de los precios de los productos petrolíferos tuvo un efecto excepcional en el valor contable de los inventarios, que la compañía mantiene como activo estratégico del país.
Por su parte, el beneficio neto ajustado del periodo, que mide específicamente la marcha de los negocios de Repsol sin tener en cuenta el efecto inventario, alcanzó los 616 millones de euros, frente a los 570 millones obtenidos entre enero y marzo de 2017, lo que supone un aumento del 8%.
El EBITDA se situó en 1.804 millones de euros, en línea con los 1.844 millones de euros
logrados entre enero y marzo de 2017.
El negocio de Upstream tuvo un comportamiento destacado, con un resultado de 320 millones de euros, un 43% mayor al obtenido entre enero y marzo del año anterior. Las medidas adoptadas en su plan de sinergias y eficiencias, los mayores volúmenes de producción y la subida de los precios de realización del crudo y del gas posibilitaron este
mejor desempeño del área.
El resultado de Downstream se situó en 425 millones de euros, en un trimestre en el que las áreas de Marketing, GLP y Trading y Gas & Power tuvieron un comportamiento más
positivo. Por su parte, las áreas de Refino y Química se vieron afectadas por las paradas de
mantenimiento realizadas en tres de sus complejos industriales.
Una vez finalizado el trimestre, el Consejo de Administración de Repsol aprobó convocar la Junta General Ordinaria de Accionistas de la compañía, que se celebrará el próximo 11 de mayo. El Consejo acordó proponer a la Junta una retribución al accionista equivalente a unos 0,50 euros brutos por acción, a través del Programa “Repsol Dividendo Flexible” y en sustitución del dividendo complementario del ejercicio 2017.