El Congreso de los Estados Unidos ha aprobado un nuevo proyecto de ley que cambia varios puntos de la reforma financiera que impulsó en 2009 el anterior presidente del país, Barack Obama, tras la crisis económica de un año antes.
A principios del mes de mayo, el actual presidente, Donald Trump, ya había dado el primer paso para revocar esa reforma financiera. Anoche el Congreso de Estados Unidos aprobó un proyecto de ley, por 258 votos a favor y 159 en contra, en el que cambia la ley conocida como Dodd-Frank reforzaba las exigencias de capital de respaldo a los bancos, les obligaba a llevar a cabo test de resistencia anuales y prohibía a las entidades financieras dedicarse a actividades de alto riesgo con el dinero de sus clientes.
Trump había calificado la ley Dodd-Frank como un "desastre" porque a su juicio supone un freno al acceso al crédito y a la expansión económica. Los cambios aprobados suavizan las restricciones y la vigilancia a los pequeños bancos y a los pequeños prestamistas.
De esta forma, el texto aprobado eleva de 50.000 millones a 250.000 millones de dólares en activos el umbral bajo el que se considera a los bancos "demasiado grandes para caer", lo que deja fuera a muchas entidades financieras de estas normas.
Además, Donald Trump, anuncia que propondrá nuevos recortes de impuestos antes de noviembre. Dice que será cuando los republicanos busquen aferrarse a sus mayorías en el Congreso en las elecciones de mitad de legislatura, aunque no ha dado más propuestas.