Un imperio energético de 17.000 millones de dólares se hace con calma y buena letra, otra cosa es que sea 'sostenible'. Daniel Kretinsky, una de las mayores fortunas de la República Checa según Forbes, ha construido el suyo a base de llevarle la contraria a las políticas verdes y de descarbonización de la Unión Europea.
Mientras unas empresas se suman a la descarbonización, otros aprovechan las gangas o precios promocionales que quedan por el camino.
En el caso de Kretinsky, el mayor accionista de Fnac Darty, los activos de carbón de empresas de servicios públicos que buscan 'limpiarse' le han valido para crear un imperio de combustibles fósiles y todo bajo la creencia de que Europa tardaría más de lo estimado en su camino hacia la transición ecológica.
Esto a su vez, significa que muchas veces, las reducciones de emisiones anunciadas por compañías no desaparecen, simplemenete 'se mudan'.
Una apuesta contraria a la transición verde
La tendencia de intercambiar activos fósiles a precio de liquidación entre el sector público y empresas para esquivar las exigencias ESG de los inversores es algo que se practica desde largo. Según Bloomberg, solo en 2022 las entidades privadas adquirieron activos upstream de petróleo y gas por valor de 13.600 millones de dólares de empresas que cotizan en bolsa.
Kretinsky ha adquirido minas de carbón en Alemania y Polonia, aunque sin lugar a dudas, una de las participaciones más significativas del checo es la del gasoducto Eustream de Eslovaquia.
El empresario controla el grupo EPH, a través del cual ha construido una de las carteras más grandes de negocios de combustibles fósiles en Europa.